Oskar Olazo
Muestra en la Universidad Andina del Cusco
La Sala de Exposiciones Kuntur,
de la Universidad Andina del Cusco, Perú,
acoge la Muestra de
las obras de la Serie Los Habitantes del Tiempo de Oskar Olazo.
Muestra en Museo de Anzoátegui, Venezuela
Con una exposición internacional se está cerrando la extraordinaria programación que nos ha ofrecido a lo largo de este año el Museo de Anzoátegui. En efecto, desde el próximo 15 de noviembre 2009 quedará abierta al público la exposición artística que desde el lejano Cusco (Perú), nos trae el Artista Oskar Olazo, un privilegio para la comunidad de Anzoátegui. “Sus obras y su presencia aquí favorecerán el crecimiento de esta Institución. De igual modo, fortalecemos lazos de unión y la voz de nuestros pueblos Latinoamericanos” ha dicho Pilar Gispert, Directora del MUSAN.
El Museo de Anzoátegui en su incansable labor en favor del Arte y la Cultura venezolana y la Integración de los pueblos latinoamericanos acoge la muestra del reconocido artista Oskar Olazo.
Como ya se ha hecho tradición en nuestro Estado, la cita cultural de los domingos en la mañana se transformará en esta ocasión en un encuentro de culturas de la Patria Grande, la solidaridad entre los pueblos y la nueva forma de mirar el Arte.
Prensa - MUSAN
COMENTARIO
Arturo Lara dijo...
Estimado Oskar
te felicito y me alegra saber que estas bien y que tu familia tambien lo este,
aprovecho de contarte que desde la semana pasada asumi la Presidencia de la Asociación de Pintores de Valdivia (asi que pienso deberiamos revitalizar nuestro intercambio cultural) estoy abierto a tus comentarios.
Aprovecho la oportunidad de desearte a ti y tu familia los mejores deseos para el año que se nos avecina,
cordiales saludos de la Familia Lara-Jaramillo
desde Valdivia-Chile
"La geometría sensible de Oskar Olazo"
Aníbal Ortizpozo
Trazador de líneas de luz, es el oficio de nuestro talentoso artista andino, Oskar Olazo, creador de estelas lineales, como lo hacen cometas y aviones en los cielos del Cusco, su hábitat a más de 3400 metros de altura sobre el nivel del mar.
Oskar dibuja como en nuestra infancia, esgrimiendo la blanca tiza sobre el pizarrón, como en las fundaciones de nuestros orígenes dibujábamos para comunicarnos con las estrellas, desde el lenguaje de nuestros petroglifos. Como en la aridez de la tierra en Nazca, existen para maravillarnos los geoglifos con representaciones “geométricas sensibles” de la vida naciente, en los albores de ABIA YALA.
Si el arte es la representación simbólica de la realidad, resulta todo un desafío descodificar cuál es esa realidad que Olazo trasparenta y nos deja ver debajo de sus blancas líneas, de sus construcciones geométricas sensibles.
La poética o contenido de sus obras se encuentra atrapada entre la razón inteligente del perfeccionismo lineal de sus personajes y símbolos, y la emoción intuitiva del color que emerge de la profundidad del plano. Desde el punto de vista formal del estilo, en ocasiones su obra oscila entre la “figuración oculta”, y un surrealismo onírico con una clara intencionalidad crítica.
Más allá de las consideraciones técnicas y estilísticas de su original forma de expresión plástica, lo más importante es saber ¿qué nos quiere decir? con su obra. Personalmente, creo que él nos está hablando desde la profunda humanidad que lo habita. De lo espiritual como lo esencial y de otros cuestionamientos existenciales.
En síntesis, la poética de su obra pictórica está referida a lo trascendente en la construcción de humanidad.
"LOS HABITANTES DEL TIEMPO"
Bajo la misma concepción formal que “Geometría del Paisaje”, la segunda serie “Habitantes del Tiempo”, responde a una motivación distinta; su elaboración se apoya en extracciones oníricas y vivenciales, hurgando en el subconsciente signos de evocación ancestral y/o referentes supramateriales que intentan poner en evidencia incongruencias esenciales de supuestos sincretismos o que revelan la presencia etérea de entidades impregnadas en la intemporalidad del tiempo y la infinitud del espacio, cuyo hálito nos envuelve, para bien o para mal, influyendo nuestra existencia.
El tema, no obstante su universalidad, no impide traslucir aquellos signos ancestrales que fluyen, espontáneos e inevitables, seguramente, de los cursos andinos que siguen su torrente sanguíneo, y que se expresan frecuentemente no solo en la línea, sino también en el color de marcados matices telúricos.
Estos Habitantes del Tiempo son visualizados en una síntesis de morfología dactilar que alude a un determinante lenguaje “cuasiconvencional” ejercido por el apéndice corporal a lo largo de la existencia humana sea acusando o sentenciando, negando o afirmando, acariciando u ofendiendo, decidiendo por la vida o la muerte.
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